100 años de radio con Carlos Ulanovsky


El periodista y escritor de varios libros, ensayos y biografías, viaja al pasado para contarnos cómo fueron los primeros pasos de un medio que no ha dejado de funcionar y que al día de hoy, sigue más vigente que nunca.

Carlos Ulanovsky nació el 23 de octubre de 1943 en Buenos Aires. Es periodista, escritor, conductor, profesor en periodismo, historiador y autor de libros insoslayables como Días de Radio y 36.500 días de radio, recientemente presentado. Se inició como periodista en 1963 y desde entonces trabajó en numerosos e importantes medios gráficos de Buenos Aires y del Distrito Federal, México, donde estuvo exiliado durante dos períodos, entre noviembre de 1974 a diciembre 1975 y de abril de 1977 a enero de 1983. Trabaja en radio desde 1972, y trabajó en televisión en programas periodísticos y de medios.



¿Por qué se dice que los “Locos de la azotea” fueron los pioneros de la transmisión radial?

Creo que fueron los primeros en transmitir radio con propósitos radiofónicos. Es decir, con propósitos de continuidad, ya que empezaron la noche del 27 de agosto de 1920, transmitiendo la ópera Parsifal de Richard Wagner y siguieron así todos los días con otras óperas. A partir de ahí, el nuevo medio empezó a llamar la atención de la gente de la ópera, de la lírica y especialmente, del teatro. Sin embargo, cuando se cumplieron 50 años de radio, los “Locos de la azotea” recibieron un homenaje en donde la UNESCO reconoce que fue la primera transmisión de radio.

¿Cuándo se masificó el uso de la radio?

La masificación fue de a poco. Las primeras transmisiones llegaron a un público reducido, se calcula que en la primera oportunidad hubo solo 50 radios a galena y solo le llegaba al que tenía conectado los auriculares. En 1923, la radio argentina transmitió la primera pelea de boxeo entre Luis Angel Firpo, gran boxeador argentino y el campeón mundial norteamericano, Jack Dempsey. En 1927, se transmitió el primer partido de fútbol, entonces la gente, rápidamente, se dió cuenta que ese invento le podía cambiar la vida y que desde el sillón, el lugar más cómodo de la casa podía recibir una cantidad de información, de entretenimiento, de cultura que le iba a mejorar la vida, incluso, que la radio construía, costumbres.

Volviendo a otras pasiones populares, ¿Qué lugar ocupó el fútbol en la radiofonía argentina?

Un lugar importantísimo. Ya en el mundial de 1930, había centenares de personas reunidas escuchando los partidos en la puerta de Radio América. Hubo relatores impresionantes como Luis Elias Sojit, Alfredo Arostegui, Lalo Pelliciari, el extraordinario Fioravanti, que para toda palabra que usaba tenía cinco sinónimos. En vez de “se agrupa la barrera”, decía, “se abroquela”. Después, llegó Jose María Muñoz, el último exponente del relato futbolístico, y Victor Hugo Morales.

¿Cómo fue la relación de la radio con el tango?

El tango desde el comienzo fue muy importante para la radio, ya que tuvo una presencia permanente. Las grandes radios que, de alguna manera, representaban a las clases más humildes, tuvieron a sus orquestas preferidas. Además, muchas emisoras tenían orquestas de tango estables y tríos de guitarristas, preparados para acompañar a cualquier cantante invitado.

¿Hubo en la historia de la radio un cupo de música nacional?

Si, en muchos períodos. En el año 1974, hubo una decisión del gobierno de turno de transmitir 50% de música nacional (folklórica o tango), 25% melódica internacional y 25% rock. Casi todas las emisoras trataban de pasarle por encima a ese protocolo y hubo muchos momentos muy desgraciados de la radio y mucha censura. Por ejemplo, en 1943 prohíben a Nini Marshall y a Tato Bores porque decían que sus personajes deformaban el idioma de la ciudadanía. Ni hablar de la dictadura, donde hubo pensamiento único en la radio y en el resto de los medios, y donde la única información válida era la que emergía de los estados mayores conjuntos de cada fuerza.

¿Qué papel influyente tuvo la Radio Belgrano?

Bueno, Radio Belgrano fue muy importante para la época de recuperación de la democracia. Fue un momento de recuperación de las palabras. Radio Belgrano fue una experiencia muy importante de radio pública no oficialista, con un proyecto, una buena programación y un primer director que no provenía de la radio.

¿Cómo fue el fenómeno de las FM?

Las FM significaron, a partir de 1970, un mejoramiento tecnológico ya que la ciudad no tenía tantas barreras arquitectónicas como ahora, que son un grave impedimento a que las AM se escuchen bien. Por eso a todos nos pasó de ir en el auto escuchando AM y que en el medio de las calles el sonido se desmaye y reaparezca en las esquinas. Eso no pasa con las FM porque sostiene mejor el sonido, lo que significó un enorme adelanto tecnológico. Durante mucho tiempo, las FM fueron el bastión de la música, ahora ya no hay tanta diferencia entre AM y FM. Casi todas son radios generalistas en donde la palabra tiene muchísimo peso.

Hoy en día se consume mucha radio en soporte digital, ¿Cuál crees que será el futuro de la radio?

Internet volvió planetaria a la radio. A todos los que trabajamos en radio nos sorprenden mensajes que vienen de Berlín o de la ciudad de México, por eso Lalo Mir tiene la buena costumbre de empezar sus programas diciendo: “Buenos días, buenas tardes, buenas noches”, porque no sabe a donde está llegando. Sin embargo, aún, a la etapa digital no le han encontrado sustentabilidad. Los medios analógicos, son los que todavía dan un poco de dinero.

¿Cuál es el rol que cumplen las radios comunitarias?

Deberían cumplir un rol de vanguardia, de radios rupturistas que toman riesgos y que inventan cosas aunque después venga una radio privada se lo lleve. Pero lamentablemente, por cuestiones económicas o que tienen que ver con la financiación, desde hace años no pueden cumplir esa misión y sufren los mismos padecimientos que las radios grandes. En términos económicos, no es un gran momento de la radio en Argentina.


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